La extracción de raíces dentales indicadas para prevenir infecciones y diversas patologías
Inicio » Tratamientos » Cirugía oral y maxilofacial »La extracción de raíces dentales o restos radiculares es uno de los capítulos más importantes en la práctica diaria de la odontología. Si bien debemos conservar al máximo tus dientes, lo mismo debemos procurar con los restos radiculares, ya que, en ocasiones, la terapéutica dental nos ofrece técnicas conservadoras que incluyen el tratamiento de conductos, las reconstrucciones coronarias, etc.
Ahora bien, en la gran mayoría de ocasiones, los restos radiculares son un foco infeccioso presente en la boca, no son bien tolerados y pueden ocasionar patologías diversas, por lo que se recomienda tratarlos. Pueden provocar desde infecciones en el hueso de tipo crónico hasta patologías más graves como una osteomielitis (infección súbita o de larga duración del hueso o médula ósea).
Desde el punto de vista clínico, existen varios tipos de restos radiculares. Pueden tratarse de raíces que emergen del proceso alveolar, donde existe un suficiente tejido dentario a la vista para poder hacer una extracción de éstas con una presión correcta con el fórceps, botadores (instrumentos utilizados para extraer o movilizar dientes o raíces dentarias) o ambos. Estos restos radiculares surgen como consecuencia del proceso de caries progresivo o por ser raíces de dientes fracturados (por extracciones o traumatismos).
Otro tipo de restos radiculares son las raíces que más o menos recubiertas por encía o mucosa bucal y no se ven clínicamente. Éstos suelen ser consecuencia de un proceso de caries tan profundo y avanzado que ha destruido todo el tejido dentario coronal, y las raíces quedan sumergidas en mayor o menor grado en la encía. O se tratan de raíces antiguas originadas después de exodoncias frustradas anteriormente e incompletas, raíces fracturadas por debajo del cuello dentario en el mismo acto operatorio o en fracturas radiculares por traumatismos accidentales.