Dejábamos pendientes en nuestro anterior artículo 10 de las 20 preguntas frecuentes relativas al blanqueamiento dental. Un tratamiento odontológico cada vez más popular entre los pacientes que debe ser supervisado por un especialista. Sólo de esa manera y como paciente estás seguro de que el procedimiento a seguir es el indicado y que tendrá consecuencias positivas en la salud de tus dientes.
Pero vamos con la segunda batería de tus dudas sobre el blanqueamiento dental:
El blanqueamiento, ¿tiene efectos secundarios?
Sí, puedes notar los efectos secundarios temporales siguientes:
- Irritación de las encías por el contacto continuado con los geles.
- Hipersensibilidad dental (te molestará beber o comer alimentos muy fríos o muy calientes).
- Reacciones alérgicas.
- Quemaduras en tejidos blandos como labios, encías o lengua.
El blanqueamiento dental también puede tener también unos efectos secundarios permanentes:
- Necrosis pulpar: No es frecuente, pero puede suponer la muerte de las células de la pulpa dental, con lo que el diente queda desvitalizado.
Otras posibles complicaciones:
- Duración o longevidad deficiente del tratamiento, si el paciente no se cuida.
- Abuso por parte de los pacientes o blancorexia.
¿El blanqueamiento daña el esmalte?
El blanqueamiento no es peligroso si se efectúa de forma correcta y siguiendo las instrucciones del dentista. No daña el esmalte si se emplea un producto seguro y con una regulación sanitaria.
Y tampoco se daña ni el esmalte ni la dentina si se administran correctamente los agentes blanqueadores.
¿El blanqueamiento es un tratamiento doloroso?
Normalmente, no es doloroso. Si bien es posible que algún paciente con sensibilidad extrema pueda sentir dolor.
Sabiéndolo, el especialista puede tratarla previamente para que no se dé o controlarla para evitar que vaya a más llegando a ser molesta.
Habitualmente, es momentánea y se soluciona de forma espontánea.
El blanqueamiento dental tampoco provoque abrasión ni desgaste dentario.
¿Qué cuidados y precauciones debo adoptar antes y después del blanqueamiento? ¿Qué alimentos puedo tomar? ¿Puedo fumar?
Antes de empezar el tratamiento, el especialista debe asegurarse de que el paciente no presente caries y periodontalmente se encuentre sano.
Debe cerciorarse también de que no hay manchas extrínsecas, y de que todas las restauraciones están en buenas condiciones y perfectamente selladas.
En el caso de que el paciente tenga recesión gingival, debe proteger bien la zona para evitar el contacto con el agente blanqueador.
Durante el tratamiento, el dentista deberá disminuir dosis, tiempos o suspenderlo temporalmente si hay mucha sensibilidad. Y al terminar, aplicará flúor neutro al paciente o le indicará un enjuague de fluoruro durante dos semanas.
El paciente, por su parte, ha de evitar el consumo de alimentos ácidos (piña, kiwi o cítricos), al menos, la semana después del tratamiento, y de cualquier producto que manche los dientes (café, té, colas o vino tinto, fundamentalmente).
También debe evitar fumar. Pero si fuma, el blanqueamiento dental puede ser mucho menos eficaz.
¿Cuánto dura el blanqueamiento dental y sus efectos?
La duración del blanqueamiento dental varía según la persona, ya que depende de muchos factores.
No será la misma para quien consuma café o vino de forma habitual que para quien no lo haga. También algunos factores intrínsecos como la edad, la traslucidez y el grosor de los dientes influyen en los resultados y en su durabilidad.
Pero siempre se ha de tener en cuenta que si se blanquea un diente, con el tiempo, volverá a oscurecerse. Luego, para que el grado de blanqueamiento obtenido perdure en el tiempo se deberá proceder a algún ‘retratamiento’.
¿Cada cuánto puedo hacerme un blanqueamiento?
Al tratarse de un tratamiento odontológico, es el especialista el encargado de indicar cuándo se debe repetir y el método más efectivo para cada paciente.
Puede hacerse un recordatorio al año para mantener unos dientes con una tonalidad clara.
Este procedimiento es más rápido (dura unos 15 días), y notablemente menos costosos que el blanqueamiento en sí.
Consiste en la confección de unas férulas a medida, sobre las que se coloca el agente blanqueador.
¿El blanqueamiento dental sustituye a la higiene oral? ¿Y a una limpieza dental?
El blanqueamiento dental no es sustituto ni de la higiene oral diaria ni de la la limpieza dental.
Este es un procedimiento odontológico y estético que se realiza con el fin de dar una mejor apariencia a los dientes.
¿Es bueno utilizar siempre pastas blanqueadoras?
Primero, no hay pastas dentífricas blanqueadoras. Simplemente devuelven el diente a su ‘color original’, pero no llegan a blanquear.
Y segundo, las pastas realmente blanqueadoras no se pueden comprar ni en farmacias ni en grandes superficies ni por Internet. Debe ser el dentista quien te las facilite y explique su uso.
Estas pastas contienen agentes blanqueadores (peróxidos) en concentraciones superiores al 0,1%.
Ahora bien, las pastas dentífricas blanqueadoras a tu alcance te pueden servir como mantenimiento. No son dañinas, pero tampoco consiguen un blanqueamiento sustancial.
Los productos blanqueadores que se venden por Internet o en farmacias, ¿son efectivos?
Según el Consejo de Dentistas, está prohibido por Ley vender directamente online a los pacientes productos blanqueadores. Si se hace desde una web en España o lo vende un comercio español es un delito. Aunque se pueden comprar en el extranjero, con el riesgo para la salud que ello supone.
Y, además, todo blanqueamiento realizado en un lugar no autorizado como centros de belleza, gimnasios, peluquerías, etc., (es decir, un lugar que no sea una clínica odontológica) puede tener graves consecuencias para la boca del paciente.
Tampoco comprar en farmacia un producto (kits blanqueadores o pastas dentífricas blanqueadoras) hace que éste sea verdaderamente eficaz. Hoy por hoy, en las farmacias sólo se pueden dispensar dentífricos blanqueadores cuyo contenido en péroxido de hidrógeno no supere una concentración del 0,1% o de peróxido de carbamida del 0,3%. Sin el control de un dentista, utilizar un producto blanqueador de una concentración superior al 0,1% puede conllevar riesgos, el principal, la quemadura.
En ese sentido, cabe recordar que los productos realmente blanqueadores, con concentraciones superiores al 0,1% de peróxido de hidrógeno y 0,3% de peróxido de carbamida, sólo pueden ser dispensados por el dentista en su consulta o indicados por él mismo para su empleo de forma domiciliaria.
¿Una excesiva obsesión por el blanco de los dientes genera adicción?
No podemos decir que el blanqueamiento dental provoque adicción o dependencia de actividades nocivas para la salud o el equilibrio psíquico como tal.
El problema se presenta cuando el paciente o abusa continuadamente de agentes blanqueadores o no deja de pedir a su dentista un tono más blanco para sus dientes. Es entonces cuando se enciende la luz de alarma y tener los dientes más blancos se convierte en una obsesión conocida como blancorexia.
El abuso de los agentes blanqueadores (peróxidos), es muy nocivo para la cavidad oral. Ambas situaciones provocan efectos secundarios en mucosas, dientes y encías. Pueden dar lugar a grietas en el esmalte, hipersensibilidad irreversible, lesionar la pulpa dental hasta llegar a alcanzar una necrosis pulpar, incluso provocar traslucidez en las esquinas de los dientes y transformar el color de los dientes en un tono más azul.
La blancorexia precisa tratamiento psicológico y, además, un cuidado especial por parte del dentista.
Debes saber que existen diferentes tonalidades del esmalte dental, y ninguno es blanco absoluto. Estas tonalidades varían de cada persona, ya que existen factores que influyen en ella como por ejemplo la raza, la genética, la alimentación y la edad.
Además, es importante tener en cuenta que el blanqueamiento dental no siempre consigue el efecto que esperas. Además, estos resultados varían también de persona a persona y dependen de la tonalidad de los dientes antes del blanqueamiento.
Por lo tanto, es importante que analices con tu dentista todas las opciones posibles antes de tomar una decisión. ¡Consúltanos!